El futuro del pequeño comercio tradicional y de los pequeños negocios minoristas en general, se encuentra en un punto crítico.
La renta de las familias ha mejorado en relación a años anteriores.
Sin embargo, según el Informe “Consumidor Premium” de Nielsen:
El 46% de la población tiene para pagar lo básico: casa, comida, luz, agua, gas… El 48% puede pagar sus facturas, hipoteca y gastos básicos y concederse algún capricho.
Tan solo el 6% tiene una situación financiera saneada.
Se gasta más en comida que en 2011, pero el consumidor sigue frenándose a la hora de gastar en ropa y en actividades de ocio y entretenimiento.
Cómo adaptarse al futuro en el pequeño comercio
Los hábitos de consumo han cambiado más en los últimos años que en décadas. Internet, los Smartphones, las Redes Sociales, los grandes retailers, la aldea global…
Todo ello obliga a cualquier negocio, independientemente de su tamaño, a reinventarse continuamente.
Las fórmulas del éxito son efímeras y la adaptación al entorno es constante.
Pero para los grandes retailers la adaptación al cambio no es suficiente, su objetivo es generar el cambio y liderar nuevas fórmulas que les acerquen a las necesidades del consumidor hiperconectado, hiperinformado y muy ocupado.
La revolución digital es un hecho, en la historia no ha habido mayor cambio desde la Revolución Industrial que el provocado por el progreso tecnológico.
Pero, ¿Qué supone esto para los pequeños negocios? ¿Cuáles son las tendencias de futuro? ¿Cómo puede un negocio pequeño pelear en este nuevo entorno?
Tendencias de futuro
No se trata de sacar una bola de cristal para ver lo que nos depara el futuro. En realidad el futuro ya está aquí aunque solo empecemos a ver indicios.
El fin del dinero en metálico
En Suecia, el dinero en efectivo tan solo supone el 2% en comparación con el 10% de la zona euro.
En una década los suecos únicamente utilizarán dinero digital.
Los Smartphones serán las nuevas tarjetas bancarias, la tecnología ya lo hace posible, solo queda saber cuándo se generalizará esta tendencia.
El valor de la información
El análisis de la información es cada vez más asequible para grandes y también para pequeños.
Esto posibilita acercarse al cliente, ofrecerle lo que quiere, en el momento en que lo necesita.
Personalizar la oferta y ajustarla a las necesidades del cliente al que te diriges ahorra costes y genera ventas.
Por otro lado, el cliente también tiene acceso a todo tipo de información, puede investigar los productos y servicios antes de adquirirlos, comparar precios y características.
Esto obliga a los negocios a ofrecer valor, el cliente te elegirá más por lo intangible que por lo que pueda tocar.
O eres barato o eres diferente… Este es el gran reto de los negocios tradicionales.
La escasez del tiempo
“No tengo tiempo”, es una de las frases más utilizadas en nuestros días.
Tus clientes no quieren perder el tiempo, por tanto, la experiencia de compra debe resultar tan placentera como para considerarla parte de su ocio.
Aún así, la compra debe resultar fácil y rápida, lo digital se mezcla con lo físico y el cliente puede buscarte en internet, seguirte en las redes y acudir a tu establecimiento sin pérdidas de tiempo.
La gente quiere las cosas ya, vemos como Amazon entrega los pedidos en un día, los drones, los botones en los electrodomésticos, la nueva Amazon Go, sin cajas, sin colas…
La velocidad y la comodidad son valores al alza.
Tu tiempo también resulta escaso, un pequeño negocio requiere dedicación, gestión, negociación, dirección, horas de cara la público, solución de problemas… Una gestión del tiempo adecuada y la utilización de la tecnología para conseguirlo, serán tus grandes aliados.
La personalización crea valor para el cliente
Hacer sentir al cliente único y especial es uno de los grandes valores del comercio tradicional.
Es en los pequeños negocios donde el trato personal y directo se hace más palpable y el cliente disfruta de ese valor.
Sin embargo, en los pequeños negocios, no siempre la oferta está dirigida a un segmento concreto.
Conocer al máximo a tu cliente y segmentarlo, no solo en los productos o servicios, sino también en la comunicación, los
servicios añadidos, las ofertas, etc. es la clave para aumentar la satisfacción del cliente, su fidelidad y por tanto, las ventas.
Todo esto se vuelve a relacionar con la información y con lo digital; un CRM, la recopilación de información a través de las redes
sociales, la web, etc. es algo que también se puede permitir un pequeño negocio. La BIO tendencia
La salud, el bienestar, el culto al cuerpo, la conciencia medioambiental, el reciclaje…
Son conceptos que definen la tendencia de esta época.
No se trata de una moda pasajera.
Los productos ecológicos ya se consumen por casi un tercio de los españoles.
Al mismo tiempo las grandes empresas cada vez prestan más atención a su compromiso social y al crecimiento sostenible.
Los productos nacionales o locales aportan un valor que el consumidor busca.
Cómo aplicarlo en tu negocio
La autenticidad
Evidentemente, necesitas rentabilidad para sobrevivir, crecer y avanzar pero el cliente valora la verdad.
Las empresas que piensan en sus clientes y buscan hacerles la vida más fácil, más cómoda, más grata, al final resultan más
rentables que las obsesionadas con vender y nada más.
Las Experiencias
Los consumidores ya no buscan solo productos, buscan experiencias.
Los establecimientos vivos, dinámicos, donde ocurren cosas atraen a los clientes por la experiencia que supone el acto de compra.
¿Atraer nuevos clientes o fidelizar?
Los clientes son más infieles que nunca ya que el mercado se lo pone muy fácil. Por tanto, para crecer, necesitas fidelizar pero sin olvidarte de atraer nuevos clientes de forma constante.
Vivimos el empoderamiento del consumidor y nuestra prioridad debe ser poner al cliente en el centro de nuestro negocio.
Ya no podemos intentar vender, sino ayudar al cliente a que nos compre.
El cliente es quien marca la estrategia para llegar a él, lo que necesitas es saber quién es tu público.
Las nuevas generaciones
Los Millennials y la generación Z son tus clientes del futuro.
Totalmente digitales, valoran la velocidad y la personalización, las cosas van a cambiar mucho más…
Todo cambia muy rápido
Adaptarse a los cambios no resulta fácil y mucho menos cuando no da tiempo a asimilar uno para que irrumpa en nuestras vidas el siguiente.
Sin embargo, esto indica que queda mucho por explorar y por hacer. Y todos podemos colaborar en ello.
La tienda física sigue siendo la preferida
El establecimiento físico sigue siendo el preferido, pero esto no quiere decir que el consumidor no utilice otros canales.
De hecho la multiplicidad de canales para comunicarse con el cliente es clave.
La integración entre el mundo online y el offline es crucial para superar las barreras del futuro.
No te olvides de estar en el móvil; las páginas responsive, las apps, las Redes Sociales…
Cuidar la Marca
Definir quien es tu cliente para dirigirte a sus necesidades de forma específica y diferente.
Compartir tus valores, tus pasiones, aportando un valor diferencial a tus clientes. Y hacerlo de forma coherente en todos los puntos de contacto que tengas con ellos, generará conexiones emocionales difíciles de reemplazar.
Economía colaborativa
En un mundo tan conectado colaborar es sencillo y además eficaz.
Dejar a un lado el individualismo propio de los pequeños negocios y cooperar con clientes, proveedores, competencia, no competencia… tiene muchas ventajas.
Saber aprender
La experiencia es importante, pero en un escenario tan cambiante ser humilde y estar abierto a aprender, es lo que de verdad marca la diferencia.
El aprendizaje que asume los errores como un medio más de conocimiento, es lo que guía y perfecciona el modelo.
Tenemos que adaptarnos a modelos a los que no estamos acostumbrados. Innovar no solo en la parte tecnológica, sino también en el modelo de negocio. Probar cosas y aprender en el camino para ir mejorando.
Lo que funciona o no funciona ya no es una verdad absoluta, toca descubrirlo y hacerlo rápido